El 3% de contenido que genera más del 60% de resultados

La ciencia del marketing de contenidos no es exacta. Crear contenido de calidad a base de keywords con alto volumen de búsqueda no nos asegura un tráfico enorme, un reconocimiento de marca nunca antes visto o un posicionamiento SEO inmejorable. Si queremos ser príncipes para Google, tenemos que buscar más métodos.

Tampoco el arte de contar historias de marca tiene la respuesta. Escribir contenido de calidad no tiene por qué significar que nuestra audiencia o nuestro buyer persona vayan a quedar enamorados de nuestro mensaje. Muchas veces, queremos que nuestro contenido se lleve un gran trozo del pastel que es el mercado actual, pero este intento nos puede salir rana.

Príncipes y ranas. O, dicho de una manera más profesional, diferenciar el contenido que triunfa entre tus lectores y que consigue la mayor parte del tráfico a tu web. Una relación 360, 3% de contenido que reúne el 60% del tráfico.

Explícame mejor qué es el contenido príncipe

Seguro que llevas años creando contenido para tu web, blog o perfil de redes sociales. Pues cualquiera de esas publicaciones puede ser un contenido príncipe. Son esas historias que conducen tráfico al resto de tu web, las que se vuelven virales y las que provocan mucho impacto en Facebook, Twitter o Instagram.

El contenido rana es todo lo demás. Ocupa el grueso de tu presencia online, pero cae en el olvido fácilmente. Su rendimiento, si es que tiene, no consigue una pizca del pastel de mercado.

Besa ranas y consigue contenido de calidad

Ya te contamos como el algoritmo de Google asegura que los primeros resultados de búsqueda deben tener estilo, tono e información cuidada. Pues bien, la filosofía del marketing de contenidos rana-príncipe implica un contenido de calidad. Y la calidad no se mide con una ortografía cuidada, facilidad de lectura o un mayor valor. La calidad se encuentra dentro de la cantidad.

Bajo esta idea, la calidad se relaciona directamente con circunstancias ajenas a tu forma de contar historias, al menos a la parte creativa. ¿Por qué un artículo muy similar al del mes pasado ha conseguir multiplicar los resultados? ¿Por qué el tráfico de mi web va a este vídeo, a priori bastante normal? La calidad se mide en datos, en clics, en tasa de rebote y en tiempo de permanencia. Pero no renuncies a la creatividad: un contenido novedoso y bien escrito siempre será más susceptible de convertirse en príncipe.

Mucha suerte y mucho trabajo

Si quieres que todo el mundo se reverencie ante tu contenido, no hay atajos mágicos, el mejor camino es escribir, crear, imaginar y comunicar. De media, si publicas un post semanal, necesitarás 6 años para que el 3% de tu contenido sea príncipe. Si publicas diariamente, “solo” 14 meses.

Ahora bien, ¿qué debemos hacer una vez lo descubramos? Hay tres métodos que podrían funcionar:

  • Elige un formato diferente, por ejemplo, si fue un artículo, elige una infografía o un vídeo.
  • Volver a publicarlo en diferentes canales de comunicación.
  • Promoverlo a diferentes segmentos de la población.

Cazando ranas y encontrando príncipes

Si no sabes por donde empezar (o continuar) en tu estrategia de contenidos, te dejamos algunos consejos para que el contenido príncipe aparezca:

  • Mira que ha funcionado en la competencia. Las páginas de Facebook de vídeos virales son un buen punto de partida, pero también el contenido de aplicaciones como Reddit, Pinterest o Quora.
  • Suscríbete a contenido de calidad. Leer, informarte y buscar información entre contenido príncipe puede darte ideas para el tuyo propio (a lo mejor consigues solo un duque, ya que no es un contenido novedoso, pero siempre será mejor que nada).
  • Aprovecha la escucha activa. El contenido que generan tus usuarios puede servirte de fuente de inspiración para el tuyo propio. Al menos sabrás que interesa a tu audiencia.

Y no desesperes…

Esto no es cosa de un día. Necesitarás tiempo, recursos y paciencia para conseguir ese 3% que te comentábamos. El contenido de calidad (creativa y analíticamente hablando) no va a llegar solo. En definitiva: besarás muchas ranas hasta que consigas un par de príncipes.

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